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jueves, 2 de diciembre de 2010

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No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de bbuena semilla,buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor! Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembra la semilla, la abonas, y te preocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros seis años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año , en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece MÁS DE TREINTA metros. ¿Tardó solo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambu estaba generando in complejo sistema de raíces quue le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la voda cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está ocurriendo. Y esto puede ser extremadamente fustrante. En esos momentos (que todos tenemos) recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que - en tanto no bajemos los brazos- ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo...
Si no consigues lo que quieres, lo que amas, no desesperes...QUIZÁS SÓLO ESTÉS ECHANDO RAÍCES...
Sigue trabajando, con trabajo todo llega.





_Ana.

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