¡Siguenos!

jueves, 21 de abril de 2011

cuanta razón.


La real academia española define la palabra imposible como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser, o suceder. Y define improbable como algo inverosímil que no se funde en una razón prudente.






Puestos a escoger, a mi me gusta mas la improbabilidad que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo. La improbabilidad duele menos y deja un rasquicio a la esperanza, a la épica...
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió. Que los varón rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero también sucedió. Nadal desvancando del número uno a Federer. Una periodista convertida en princesa...
El amor, las relaciones, los sentimientos no se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores imposibles, sino de amores improbables. Porque lo improbable es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase, es que puede pasar. Y mientras haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que pase, merece la pena intentarlo.♥

No hay comentarios:

haz click en ellos;)