Aunque tu vida vaya cambiando con el paso de los años, haya dado más de tropecientas mil vueltas. La gente venga o vaya de tu vida, entren o salgan de tu corazón, nunca olvides enfrentarte a tu peor miedo. Las decisiones, los problemas, siempre se crean, y no basta con reconocerlo, sino que hay que afrontarlos y mirarlos de frente. Porque aunque pasen los días, los meses y los años, ese miedo del que quisiste huir sigue estando ahí, esperándote, para echársete encima. Lo importante es tener a toda esas personas que están a tu lado, para cogerte de la mano y decirte “no tengas miedo, yo voy contigo”.
Ana,
jueves, 18 de noviembre de 2010
que puta indiferencia.
producto de hormonas/neuronas adolescentes de
ClaudiAlbAna
____este texto surgió de la nada a las--->
6:25:00
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